martes, 4 de noviembre de 2014

Lesiones producidas por acción del calor.

Cualquier circunstancia que modifique la temperatura corporal produce una estimulación de los receptores térmicos que transmiten la información al sistema nervioso central, el cual produce una respuesta que pone en marcha los  mecanismo de autorregulación.

Las personas más sensibles a la acción del calor son los ancianos, los niños, los pacientes sometidos a determinados tratamientos médicos o con patologías crónicas, y los consumidores de sustancias tóxicas que hayan manifestado cierta dificultad para adaptarse al calor.



Calambres por calor.

Son contracciones musculares fuertes y dolorosos que se producen como consecuencia de la exposición a una fuente de calor mientras se está realizando una actividad física.

El protocolo de actuación es el siguiente:
  • Interrumpir la actividad física.
  • Mantener a la víctima en reposo y en un ambiente fresco.
  • Darle de beber agua y si es posible, bebidas isotónicas. 
  • Aplicar un masaje en dirección longitudinal al músculo.

Golpe de calor.

Es el efecto producido por la acción de las radiaciones solares, cuando el organismo no puede controlar el aumento de su temperatura, que puede llegar a superar los 40ºC.

El protocolo de actuación es el siguiente:
  • Trasladar a la víctima a un lugar fresco, con sombra y ventilado.
  • Llamar a los servicios de emergencia.
  • Mojarle la cabeza y aplicar compresas de agua fría en la frente y en la nuca. 
  • Realizar un masaje manual para favorecer el retorno de sangre periférica y disminuir la vasoconstricción provocada por el frío.
  • Rehidratarlo con pequeños sorbos de agua fresca.
  • Controlar las constantes vitales.
  • Si es necesario, trasladarlo a un centro sanitario.

Agotamiento o acaloramiento.

Es un fenómeno que se produce como consecuencia de la exposición a temperaturas elevadas, lo que provoca un aumento de la sudación y una disminución de la sangre circulante. Puede dar lugar a un desvanecimiento , precedido de debilidad, náuseas y mareos y se caracteriza por aparecer de forma repentina y durante poco tiempo.

El protocolo de actuación es el siguiente:
  • Mover a la víctima a una zona de sombra, fresca y ventilada.
  • Colocarla en PLS, posición de seguridad, elevándole las piernas si está inconsciente.
  • Quitarle parte de la ropa y aflojarle el resto.
  • Rehidratarla, haciéndole beber agua y bebidas isotónicas.
  • Aplicar compresas mojadas en agua fría sobre su cuerpo.

Insolación.

Es un agravamiento del acaloramiento que se produce tras una exposición prolongada y directa al sol, sobre todo en las horas centrales del día.

El protocolo de actuación es el siguiente:
  • Mover a la víctima a una zona de sombra, fresca y ventilada.
  • Quitarle la ropa que más le abrigue y aflojarle el resto.
  • Enfriar el cuerpo con un abanico.
  • Aplicar compresas mojadas en agua fría o hielo envuelto en una tela o gasa en la frente, nuca, axilas e ingles.
  • Hidratarlo con agua o bebidas isotónicas. 
  • Trasladarlo a un centro sanitario.

Protégete en verano




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