domingo, 16 de noviembre de 2014

Cuidados de una quemadura solar



Una quemadura solar consiste en el enrojecimiento de la piel debido a la exposición al sol o a otro tipo de radiación ultravioleta. Los efectos de este tipo de quemaduras no se notan de inmediato, sino que pueden tardar en aparecer unas horas y su efecto total se nota una vez pasadas las 24 horas por lo menos.
Los síntomas característicos de una quemadura son:

  • Eritema y sensibilidad de la piel quemada.
  • Ampollas de aparición más tardía.
  • La piel se desprende en las zonas quemadas.
  • Otras reacciones graves como fiebre, alergia solar, escalofríos, náuseas o erupciones cutáneas.
Normalmente los síntomas de las quemaduras solares son temporales y el dolor alcanza su punto más agudo entre las 6 y 48 horas posteriores a la quemadura, pero sus efectos sobre la piel son permanentes, produciendo serias consecuencias como puede ser el cáncer de piel, por ello siempre es mejor prevenir con un buen protector solar que curar. 

Los cuidados que podemos realizar en casa son los siguientes: 
  • Tomar una ducha fría o aplicar compresa, paños o toallas húmedas y fríos sobre las zonas de la piel afectadas por el sol.
  • En caso de ampollas: colocar vendajes secos para ayudar a prevenir la infección.
  • Si NO hay ampollas: aplicar para calmar la piel una crema que no tenga una base oleosa como la vaselina, ya que los poros podrían bloquearse evitando que el calor y el sudor se eliminen y contribuyendo a que la infección se produzca.
  • Debemos tener en cuenta que las cremas que contengan cortisona pueden ayudarnos a reducir la inflamación. Sin embargo, no es conveniente usar productos que contengan lidocaína o benzocaína porque pueden producir alergias.
  • Si lo que padecemos son dolores podremos tomar medicamentos como el paracetamol o el ibuprofeno.
  • Usar ropa floja y preferiblemente de algodón.
Hay que prestar atención a una serie de síntomas que nos deben alertar para llamar a un profesional médico:

    • Marearse o desmayarse.
    • Aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria.
    • Mucha sed, acompañada de micción disminuida u ojos hundidos.
    • Presentar una piel pálida, pegajosa o fría.
    • Escalofríos, náuseas, fiebre o erupción cutánea.
    • Dolor ocular y fotosensibilidad.
    • Ampollas dolorosas.

Por último aquí os dejamos una entrevista para intentar concienciaros de los efectos producidos por el sol sobre la piel y en la que además nos ofrecen unos consejos para prevenir estos daños.  








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