jueves, 6 de noviembre de 2014

Amputaciones: tipos y actuación.

Una amputación se produce cuando un trauma provoca la separación completa de una parte del cuerpo, generalmente una extremidad o parte de ella. En ocasiones puede quedar un puente de unión formado por tejidos blandos.

Las amputaciones siempre conllevan lesiones de partes blandas, como desgarro muscular, lesiones en los vasos sanguíneos con hemorragia, lesiones en los paquetes nerviosos y fractura o luxación. Las complicaciones suelen deberse a la pérdida de sangre y al shock, además de los riesgos secundarios de infección.

Las manifestaciones de las amputaciones suelen ser:

  • Dolor.
  • Hemorragia que puede llegar a provocar un shock.
  • Cuadros de ansiedad debido al gran impacto psicológico que suelen provocar las amputaciones en las víctimas.
A continuación veremos el protocolo de actuación en caso de amputación:
  • Realizar una valoración inicial para verificar la existencia de shock. Si lo hay, colocaremos al accidentado en posición horizontal, le levantaremos los pies para hacer autotransfusión y controlar el shock, salvo que otras lesiones contraindiquen esta posición.

  • Si la accidentado está víctima, hay que calmarla y darle seguridad.
  • Hemos de controlar otras lesiones presentes.
  • Tratar la hemorragia aplicando presión sobre la zona sangrante, para lo que elevaremos el miembro. Si no se controla la hemorragia y hay peligro para la vida del accidentado, aplicaremos un vendaje compresivo y, en el último extremo, un torniquete.
  • Debemos localizar y conservar las partes del cuerpo amputadas. Podemos envolverlas en tela limpia y seca, meterlas en una bolsa de plástico que deberá sumergirse en agua fría y, si es posible, con hielo. Así se podrán mantener hasta 12 horas, tiempo suficiente para intentar una reimplantación. Es importante NO conservar las partes amputadas directamente en hielo, porque podrían congelarse, haciendo imposible la reimplantación. 








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