martes, 18 de noviembre de 2014

Convulsiones febriles.

Los niños pueden sufrir estas convulsiones cuando les sube la temperatura corporal. Aunque puede asustar mucho, no quiere decir que el niño tenga ningún problema de salud serio. Sus síntomas son:

  • Sudor.
  • Frente caliente.
  • Ojos en blanco, fijos.
  • Contracción muscular que puede durar unos segundos.
  • Rigidez en las extremidades.
  • El niño puede vomitar.




Actuación

  1. Desvestir al niño para ayudar a bajar su temperatura, pero con cuidado para que no se enfríe.
  2. Cuando cesen las convulsiones (al bajar la temperatura del niño), se colocará en posición de recuperación. Se tapará con una manta y si la temperatura vuelve a subir, se repiten los pasos anteriores.
  3. Si el niño está inconsciente, se le abrirán las vías respiratorias y se controlará su respiración. Llamaremos a la ambulancia.
  4. Si respira, se colocará en posición de recuperación.
  5. Si no respira, se le hará el boca a boca y los masajes cardíacos.

Una convulsión febril simple, se detiene por sí sola en unos 10 minutos. Si dura más de 15 minutos o se repite durante la misma enfermedad, no es una convulsión febril normal.



Después de la convulsión, lo más importante es identificar la causa de la fiebre.


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