martes, 4 de noviembre de 2014

He roto aguas...¿¡Y AHORA QUÉ!?



Se conoce como PARTO EXTRAHOSPITALARIO o DE URGENCIAS a aquel que se presenta inesperadamente. Podemos considerarlo como una emergencia ya que pueden darse potenciales complicaciones materno-fetales al no ser realizado en un lugar con las condiciones idóneas como las que nos ofrece un paritorio. Hoy en día hay que decir que un parto de esta clase no es nada habitual.

Si se da el caso de que tenemos que asistir a un parto de estas características debemos seguir los siguientes pasos:
  • Lo primero que debemos hacer es tranquilizar a la madre y mantener nosotros mismos la calma; a continuación nos presentaremos a ella, manteniendo el contacto físico y aportando palabras de ánimo.
  • Lo siguiente será llevar a la embarazada al lugar más cómodo y limpio posible, sobre una cama o, a falta de ella, el suelo cubierto por sábanas o toallas limpias, sobretodo la zona genital. Si podemos, debemos lavar los genitales de la mujer con agua y jabón.
  • Acostar a la paciente boca arriba con la espala apoyada y las piernas abiertas con las rodillas flexionadas. De modo que podremos ser conscientes de cuando se produce la dilatación y cuando comienza el periodo de expulsión.
La mujer puede permanecer así un buen tiempo, pero cuando se produzca una dilatación mayor de 10 cm o se vea la cabeza del bebé, será el momento de aplicar los primeros auxilios en la intervención del parto. Lo que debemos hacer es:
  1. Asegurarse de que la madre está segura.
  2. Animar a la parturienta a que empuje mientras se producen las contracciones, indicándole que trate de no hablar ni gritar para que consiga hacer más fuerza y dejándola descansar entre cada contracción.
  3. Lo primero que debe salir es la cabeza del feto, de modo que en cuanto ésta salga debemos ejercer una leve presión sobre ella para que su expulsión completa se realice durante una contracción.
  4. Cuando la cabeza esté fuera se comprobará que el cordón umbilical no está enrollado al cuello y, si lo está, tirar suavemente con el dedo para desenroscarlo.
  5. El resto del proceso es muy rápido y casi no es necesario intervenir, de modo que debemos sujetar al bebé mientras la madre expulsa el resto con cada contracción, saliendo primero un hombro y luego otro.
  6. Si el niño sale de nalgas sólo debemos agarrarlo y dejar que salga el resto del cuerpo sin tirar de él.
  7. Sostener al bebé boca abajo y limpiarle nariz y boca, ya que debe expulsar todos los fluídos de sus pulmones.
  8. En cuanto esté fuera se colocará al pequeño en el regazo de la madre para evitar que pierda calor.
  9. Para cortar el cordón umbilical se anudarán dos hilos gruesos, uno a 10 cm del bebé y otro a 5 cm del anterior nudo. Cuando el trozo de cordón entre ambos nudos no tenga puso se cortará con unas tijeras lo más limpias posibles. 
  10. Al rededor de 30 min después la mujer comenzará con otra serie de contracciones para expulsar la placenta, de la que no se debe tirar, pues ella sola es capaz de hacerlo.


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