martes, 28 de octubre de 2014

Transporte urgente.


En un accidente, todo pasa muy deprisa y es muy fácil que nos quedemos en shock. ¿Qué hacer cuando además hay víctimas que dependen de nuestra ayuda? Lo mejor es pararse a pensar unos segundos para organizar la situación y empezar a realizar prácticas efectivas que no aumenten el peligro que ya de por si existe. Lo primero que debemos hacer es trasladar a las víctimas a un lugar seguro. Si se trata de un accidente de tráfico, tendremos que situar a las víctimas en un sitio donde no puedan ser arrollados y en el que no supongan un riesgo para los demás vehículos.
Pero si además el accidentado necesita atención hospitalaria, ¿podremos llevarlo nosotros mismos en nuestro coche?
Al hablar de transporte urgente, nos estamos refiriendo a evacuación, que consiste tanto en el traslado de un herido a un centro hospitalario como en el plan que nos permite evacuar a las personas sanas de una zona de siniestro.

La decisión de la evacuación de un herido debe venir determinada por la urgencia de un tratamiento especializado hospitalario, pero esta urgencia no debe llevarnos a forzar un traslado en malas condiciones. Tan importante como la prestación de los primeros auxilios es la evacuación en condiciones de seguridad. Para ello debemos respetar unas normas básicas en cualquier evacuación:

  • La prioridad de evacuación debe establecerse mediante un método de triaje.
  • Debe realizarse en medios de transporte adaptados al servicio que van a realizar y según las condiciones del accidentado.
  • La víctima debe ser estabilizada y transportada de la forma más adecuada según sus lesiones y su estado.
  • Durante la evacuación hay que controlar la situación del accidentado.

Aunque, como norma, debemos esperar la llegada de los servicios de transporte sanitario, en algunas ocasiones podemos recurrir a otros medios de transporte (siempre que las lesiones no revistan gravedad o hayan sido estabilizadas). hay que tener en cuenta que el traslado en un vehículo puede tener efectos negativos sobre el herido porque se producen fenómenos físicos como aceleración y desaceleración, vibraciones o ruidos. Por ello conduciremos de forma suave, sin hacer sonar el claxon y bajo ningún concepto sacando un pañuelo por la ventanilla, porque eso limita nuestros reflejos y la maniobrabilidad del vehículo.


Así que, RECORDAD, no hay que sacar ningún pañuelo blanco por la ventanilla


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