viernes, 24 de octubre de 2014

Accidentes de múltiples víctimas

Un accidente múltiple (AMV) o una catástrofe son sucesos escalofriantes, que dejan huella en quienes lo sufren y en quienes lo atienden. Son algo que nadie desea, pero que desgraciadamente ocurren, y si ocurre cerca, a uno le toca atenderlo. Llegado el caso, conviene tener muy claros los criterios de actuación. A continuación exponemos unas normas generales para enfrentarse a estos sucesos y para atender a las víctimas.





ACTITUD GENERAL A SEGUIR

Antes de nada , hay que evitar que se produzcan nuevos accidentes y nuevas víctimas: alejar personas del lugar y no acercarse sin protección. Poca ayuda presta quien se acerca a socorrer y se convierte en un problema más, que otros deberán solucionar.

Una vez llegados a l lugar, lo más importante es saber qué pasa, dónde, cómo llegar, cuántos afectados hay, si hay peligros añadidos (explosión, incendio, derrumbamiento, inundación, tóxicos) y después comunicarlo todo, lo antes posible a quien pueda ofrecer ayuda (en principio, el 112).

La labor fundamental de primer sanitario que llega es comunicar datos ciertos, sin rumores ni suposiciones.

El problema de fondo de las catástrofes no suele radicar en la asistencia sanitaria, suele ser más bien un problema de coordinación, es decir, lo que cuesta es organizar los recursos disponibles.

Llegado el momento, conviene saber quién tiene el mando. En un AMV manda una sola persona, que suele ser el Jefe de Bomberos o de la Guardia Civil.

Conviene dividir el lugar del accidente en dos zonas separadas: una zona de impacto, donde se ha producido el incidente y toda la zona peligrosa que lo rodea; y una zona segura, cerca del lugar pero sin que halla peligro. Toda la asistencia se realiza en la zona segura. Nadie entra en la zona de impacto sin orden expresa y sin protección específica.




ASISTENCIA SANITARIA EN AMV

La atención sanitaria en la fase aguda de un AMV tiene tres fases:



  1. El triaje: o clasificación de los heridos sirve para separar los muertos de los vivos, para separar los que necesitan asistencia de los que no la necesitan. No se asiste a nadie que no haya sido clasificado
  2. Asistencia: se busca el mayor bien para el mayor número, la vida tiene preferencia sobre la función, y la función sobre la estética, siendo lo preferente despejar la vía aérea y la respiración y después la circulación; luego viene lo demás.
  3. Evacuación: nunca se evacua a nadie que no haya sido previamente clasificado y asistido, a cada uno se le lleva al lugar  más conveniente y mediante el medio más adecuado. El orden de evacuación es siempre: primero los de riesgo vital, segundo los pacientes graves y tercero los pacientes leves. En caso de duda, se evacua siempre antes al que no está atrapado que al que sí lo está; y al inestable, a pesar de la asistencia, antes que al estable.
Se deben reservar los recursos de medicación para los pacientes más graves.


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