viernes, 31 de octubre de 2014

Crisis de ansiedad

La ansiedad es una emoción natural que permite que llevemos a cabo una conducta de afrontamiento eficaz ante situaciones que valoramos como peligrosas.
Cuando la ansiedad excede en frecuencia, intensidad o duración, deja de ser adaptativa para convertirse en un problema.



Existen varios factores de riesgo para una reacción de crisis de ansiedad, todas relacionadas con el incremento de un neurotransmisor llamado adrenalina:

  • Las personas que tienden a interpretar un mayor número de situaciones como peligrosas o
    amenazantes tienen una mayor probabilidad de sufrir estos episodios
  • Factopres genéticos: existe una incidencia ocho veces mayor que la población general en aquellos pacientes cuyos familiares e primer grado presentan este problema
  • El consumo de sustancias wue pueden alterar nuestro sistema nervioso como altas dosis de cafeína, estimulantes
  • El síndrome de abstinencia de sustancias como el alcohol o el tabaco puede dar lugar a una crisis de ansiedad
  • Algunas enfermedades como el hipertoroidismo, hipotiroidismo o arritmias

Actitud a seguir:
  1. Comunicarle a la persona que sufre ansiedad que no está sola y que le vamos a ayudar
  2. En casos de accidentes de múltiples víctimas estas personas deben alejarse del lugar del accidente, ya que dificultan el labor de socorro de otras víctimas
  3. Cuando exista hiperventilación (respiración superficial y rápida), es eficaz utilizar una bolsa de papel para que la persona respire en su interior, ya que en muchos casos es la sensación más
    angustiosa de las crisis de ansiedad
  4. Estimular a la persona a que respire lentamente, que cierre los ojos durante al menos 15 minutos
  5. Si no cesa la crisis, convendrá trasladarle a un centro asistencial

Algunas personas experimentan crisis de ansiedad de forma frecuente presentando miedo o inquietud ante la posible repetición de la misma o por las consecuencias que las crisis pudieran tener para la salud.
Este problema de ansiedad produce cambios significativos en la vida del paciente, ya que evita situaciones donde si aparece la crisis de pánico resulta difícil o embarazoso escapar o bien puede no disponer de ayuda.
Cuando esto ocurre, se considera que la persona ha desarrollado agorafobia.

Entre las situaciones típicamente agorafóbicas se encuentran estar solo fuera de casa, viajar en metro/tren o avión, ir a lugares donde hay mucha gente (conciertos, restaurantes) o alejarse de zonas donde no puede haber un hospital cerca.

Debido al riesgo de complicación de agorafobia y la consiguiente limitación de la vida cotidiana del paciente, es aconsejable que reciba tratamiento psicológico antes de que el transtorno limite su vida.
Los tratamientos psicológicos más eficaces y breves son los que siguen un enfoque cognitivo-conductual aplicados por psicólogos especialistas que enseñan estrategias para reducir la crisis hasta que desaparezca y a afrontar situaciones temidas.
En algunos casos el tratamiento psicológico debe combinarse con tratamiento farmacológico.



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