La función del sistema respiratorio en nuestro organismo es mantener la homeostasis del intercambio gaseoso y del equilibrio ácido-base, lo que es regulado gracias a que existen neuronas que detectan cambios en la presión sobre el tejido pulmonar, pared torácica y las concentraciones de O2 y CO2 disponibles.
Entre las urgencias respiratorias más comunes están la disnea y la crisis asmática (de la que hablaremos en otra entrada), y son éstos los tipos por los que es más frecuente acudir a los servicios de urgencias.
La DISNEA es una sensación subjetiva de falta de aire, pues se produce una dificultad para respirar o bien una respiración anormal que se asocia con un aumento del trabajo respiratorio.
Las causas más habituales por las que es producida son de origen fisiológico, pulmonar, cardíaco, debido a un shock, anemias, ansiedad, obesidad o inactividad física como puede ser una pneumonía, una descompensación de insuficiencia cardíaca, EPOC, etc.
La disnea puede ser clasificada en distintos grados como se muestra en la tabla que presentamos a continuación, en la que se relacionan las dificultades respiratorias con el nivel de ejercicio al que se asocian.
GRADO 0: | No hay disnea o sólo ante un ejercicio extenuante. |
GRADO 1: | Aparece disnea al andar deprisa o subir una cuesta poco pronunciada. |
GRADO 2: | Incapacidad para mantener el paso de otras personas de su misma edad, caminando en llano, porque presenta disnea o tiene que parar al subir un piso. |
GRADO 3: | Disnea al andar por terreno llano unos 100 m o después de caminar unos pocos minutos tiene que pararse. |
GRADO 4: | Disnea intensa al vestirse o desvestirse, no puede salir de casa, o disnea en reposo. |
De todos modos, además de daros la versión por escrito, aquí os dejo un vídeo para que tengáis una idea más clara de lo que es la disnea:
Es importante no confundir la disnea con la INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA, la cual consiste en una función respiratoria defectuosa en la que presentamos ausencia de oxigenación en los tejidos y una expulsión de CO2 reducida. Esto además puede ser evaluado mediante gasometría arterial.
Como tratamiento de esta insuficiencia respiratoria existen dos tipos de ventilación: la mecánica y la mecánica no invasiva. La primera consiste en la sustitución artificial de la función pulmonar para disminuir el trabajo respiratorio y conseguir una correcta ventilación y oxigenación de los tejidos periféricos (instrumentos: ambú); en la segunda se usa un sistema de ventilación que proporciona un soporte ventilatorio similar a la intubación orotraqueal, pero sin las complicaciones de ésta, añadiendo también ventajas como las de que se disminuye el riesgo de infección nosocomial y permite alimentarse, beber y comunicarse (instrumentos: mascarilla interfase).
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