La parada cardiorrespiratoria (PCR) supone el cese de la respiración y del latido cardíaco de una forma brusca e inesperada. Por consiguiente, cesa el aporte de oxígeno a los órganos vitales, fundamentalmente a nivel cerebral. Si el cerebro deja de recibir oxígeno durante unos 8 minutos las células mueren, produciéndose así una situación irreversible.
La PCR puede aparecer como una parada respiratoria y posteriormente producirse la parada cardiaca (más frecuente en el niño), o como una parada cardiaca inicial.
Dentro de los signos y síntomas de la parada cardiorrespiratoria se podrían distinguir:
- Fuerte dolor en el pecho con irrigación a brazos (especialmente el izquierdo), mandíbula, cuello, espalda y dientes.
- Dolor en epigastrio con indigestión o acidez estomacal.
- Dificultad respiratoria o ausencia de respiración.
- Ausencia de pulso a nivel de la arteria carótida (en cuello) o de signos circulatorios como tos, náuseas o movimientos.
- Piel pálida, a veces cianótica, especialmente en labios y uñas.
- Pérdida de conocimiento. La persona no se mueve espontáneamente, no reacciona a la palabra, al tacto ni a la estimulación dolorosa.
- Pupila dilatada parcialmente, siendo esta dilatación total a los 2 o 3 minutos, de modo que no es capaz de reaccionar a la luz.
- La persona no reacciona a las insuflaciones.
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